El proyectyo lleva el nombre de Cigabrick, es realizado por una empresa familiar de Mendoza, Argentina y son capaces de tratar más de una tonelada de estos residuos por mes para convertirlos en productos calificados para la construcción de viviendas.
Alexis Lemos es el ‘cerebro’ detrás de esta idea, nació en Mendoza pero se fue para Estados Unidos a realizar sus estudios.
Cuando Lemos regresó a su ciudad de origen se dio cuenta de la incalculable cantidad de colillas de cigarrillos que se encontraban arrojadas en la calle, parques y playas, así que decidió tomar acción.
Lemos se alió con una bióloga especialista en Recursos Naturales Renovables y juntos comenzaron con la investigación científica para encontrar una metodología eficaz para convertir estos residuos en elementos de utilidad.


Tras haber pasado meses explorando técnicas lograron encontrar la respuesta, los componentes de los cigarrillos ‘servían’ para fabricar bloques de construcción así que crearon el proyecto Cigabrick el cual en la actualidad es capaz de tratar más de 5 millones de colillas por mes.

«Mezclamos sus componentes con otros elementos naturales y obtuvimos un biopolímero. La colilla se mezcla con microorganismos y logramos que se degrade en 20 días. Este biopolímero se puede utilizar como material aislante que se usa para hacer los ladrillos ecológicos», Contó Lemos al medio argentino Cadena 3.

Estos bloques o ladrillos son totalmente inoloros, inertes y 4 veces más solidos, consistentes y resistentes que los corrientes. Además de esto, tienen la capacidad de ser sismo resistentes.

Actualmente estos bloques son vendidos exclusivamente a entidades gubernamentales para la edificación de viviendas de interés social.

El municipio de Mendoza ha instalado diferentes contenedores al rededor de la ciudad como plazas y parques con el fin de recolectar la mayor cantidad de colillas para la fabricación de los ladrillos.