Los reptiles fueron dejados en plena selva amazónica del Perú.
Las tortugas de ríos son una especie que corren riesgo. El calentamiento global y la aparición de turistas en épocas de la eclosión, son tan solo algunas dificultades que enfrentan estos singulares reptiles.
Por esta razón un proyecto de conservación en la nación suramericana del Perú se enfocó en la preservación de la especie. La iniciativa de conservación incluía la incubación de los huevos en playas artificiales para garantizar la vivencia de la especie.
Estas tortugas forman parte de un menú predilecto de algunos locales. La mixtura de culturas y las emigraciones, también han propiciado que se incluya a la tortuga de río como una especie predilecta en la dieta del habitante inca. Para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) esto es parte de la razón por la cual este reptil está en riesgos de desaparecer.
“La importancia radica en la conservación de la especie en la zona porque ha sido depredada por mucho tiempo”, dijo Sabrina Pipa, reconocida bióloga enfocada en el proyecto antes mencionado.«El objetivo principal es el repoblamiento para conservación de la especie”, agregó la científica.
Según los registros de Pipa, el proyecto ha logrado salvar alrededor de 6.000 tortugas en la selva amazónica desde el 2019 cuando comenzó esta iniciativa.
Revertir el afectamiento que ha ocurrido en la Amazonia puede tomar tiempo. Según algunos datos alrededor de 19.700 kilómetros de selva peruana se ha perdido por la tala, lo que ha diezmado la capacidad de producción de algunas especies.
Otra situación que afecta considerablemente a las tortugas tiene que ver con los cambios climáticos. Al no existir la misma cantidad de árboles la temperatura puede aumentar en proporciones desmedidas ocasionando que se altere la procreación de las tortugas.
Estas formas de vida tan singulares son conocidas en todo el Perú como «taricayas» aunque su nombre científico es Podocnemis unifilis. Tienen un caparazón pardoy poseen manchas amarillas y escamas negras por lo que son inconfundibles.
Se espera que la liberación de las tortugas permita que estas puedan procrear en un ambiente positivo para que no se aminore la cantidad de estos seres especiales. Este tipo de proyecto va más allá de las palabras, por lo que las acciones deben motivar al ser humano que comparte de forma consiente su hábitat.