AMBIENTAL

Ex millonario se muda a una isla desierta y vive allí en soledad hace más de 20 años

El singular caballero se siente muy cómodo con su curioso estilo de vida.

David Glasheen no siente que le falte nada en la vida. Con 73 años su nivel de felicidad supera con creces cualquier carencia. Su único compañero es un canino, cuyo nombre es Polly que le añade un toque de alegría extra a su vida. Ahora se siente más autosuficiente que cuando tenía muchas posesiones.

A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, David y la gran fortuna que tenía en sus bolsillos tuvieron un revés, como consecuencia de la gran crisis económica acontecida para la época, a la cual se le denominó “lunes negro”. Pasó de ser un hombre muy acaudalado, a quedar en la ruina absoluta.

Para Glasheen, su mayor problema no fue la pérdida de toda su fortuna, ya que además de eso, también su matrimonio se vino a pique. Lamentablemente, eso hizo que los demás aspectos de su vida se fueran en detrimento.
David tiene la valentía de reconocer: “Cuando vine aquí estaba llevado por la avaricia. El dinero hace que las personas pierdan la cabeza y mi matrimonio se había acabado”.

Al tocar fondo, eligió llevar un estilo de vida muy distinto al que estaba acostumbrado, rodeado de gente, de lujos y mucho trabajo. Para vivir en una isla, se necesita lo que le sobra a Glasheen y es autosuficiencia. Vivir ausente de grandes comodidades al noreste de Australia, con el mar alrededor y en contacto directo con la naturaleza es realmente alucinante.

David pudo experimentar en carne propia los grandes riesgos que conlleva la vida en un sitio como ese donde la presencia de otros animales lo impulsaron a tomar medidas para resguardar su seguridad y la de su amada mascota Polly. “Los elementos de la vida salvaje son peligrosos, si te metes en problemas aquí, seguro acabas sin vida. Los cocodrilos de agua salada son hermosos animales y muy peligrosos, pero los amo”, afirma con una sonrisa de satisfacción.

David de forma inmediata se dio a la tarea de colocar unos paneles solares en su domicilio. Los mismos le permitirían, además de obtener electricidad, el internet necesario para mantenerse en contacto con el mundo exterior. David publicó un libro con el cual obtiene ganancias para abastecerse de lo necesario para vivir, también señala que va pocas veces a la ciudad más cercana llamada Cairns (Queensland) para obtener comida, medicinas y otras cosas de primera necesidad. Y lo que no consigue en estos viajes, se lo dan los visitantes ocasionales de la isla.

Vivir con menos cosas puede ser una buena forma de proteger al planeta. David Glasheen se siente muy feliz y no cambiará nada de lo que ha hecho. Sin duda, un ejemplo para muchos.

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