Dejó de caminar sin rumbo para convertirse en un «ingeniero».
Inmobiliaz es el nombre de una inmobiliaria que tiene dentro de su nómina a un canino. Su sueldo está basado en mimos, en comida y aperitivos. Este perro olvidó la vida de la calle para ser un individuo activo dentro de una sociedad trabajadora.
Sam es el nombre del perro que caminaba sin rumbo por las calles de Lima, Perú, buscando algo de alimento o cariño. Quienes lo adoptaron se dieron cuenta de que el animal tenía un carácter muy afable que no se dejó afectar por las acciones negativas de algunos seres humanos.
Los constructores, que estaban realizando sus actividades en un terreno cercano a las Dunas de Cieneguilla, publicaron en una red social el momento cuando lo encontraron. En las imágenes se ve a Sam recibiendo mimos y un amplio cariño colectivo.
“Hoy venimos a darle una sorpresa a Sam, el perrito que adoptamos en el proyecto. Gracias por llegar a nosotros, te queremos, ING. SAM”, dijeron los trabajadores en las redes sociales. Cabe decir que en un inicio solo le dieron algo de comida y agua, pero pronto se enamoraron perdidamente del canino.
Los comentarios en la red no se hicieron esperar. “La obra se está viendo muy bien gracias al ingeniero Sam”, “Hasta el perro se graduó más rápido que yo”, “Se ve que el inge está muy capacitado”, “Lleven al ingeniero Sam a la próxima obra, el bendecirá su trabajo”, “Hasta el perrito tiene título y yo no jajaja” y “Cuánta magia pueden transmitir sus ojos”, entre otros.
El perro se ha vuelto prácticamente el consentido del equipo, ya que incluso le compraron zapatitos especiales para el trabajo. Así evitan que no se lastimen sus patitas. La inquietud existe para cuando termine la obra. El destino de Sam aún es incierto.
